Formación en Escalada inclusiva en Sajonia Suiza, la cuna de la escalada libre | Proyectos Europeos Defoin
Del 2 al 8 de junio tuvo lugar la Formación en escalada inclusiva del Proyecto ClimbitUp en la que participaron 20 trabajadores sociales, educadores y formadores de distintos ámbitos de Austria, Grecia, España, Italia y Alemania conviviendo en el Albergue de Bieletal en Sajonia Suiza Alemania.
La formación fue acogida y facilitada por la organización alemana Lernlabor “laboratorio de aprendizaje”, una entidad que trabaja con una metodología basada en la experiencia concreta y activa y la observación reflexiva como puntos esenciales de los tipos de aprendizaje experiencial teorizados por Kolb ya en 1984.
Todo el grupo contribuyó a una semana de aprendizaje experiencial sobre técnicas de escalada y seguridad, historia, cultura y valores de la escalada en la región, dinámicas de grupo, actividades básicas de convivencia. Cada día reflexionaron sobre distintos aspectos del proceso de aprendizaje y la experiencia diaria. Durante y especialmente al final de la formación reflexionaron y evaluaron también las posibilidades de aplicación y límites de la escalada para la inclusión de personas migrantes y refugiadas.
El Programa se desarrolló cada día en una ubicación diferente, lo que permitió conocer un área amplia de la región y mantuvo el asombro y la curiosidad de los participantes durante todo el programa. Las actividades principales fueron las siguientes:
- Lunes 2 junio llegada de participantes, conocer el entorno e instalaciones, logística del alojamiento, y elaboración de cena grupal.
- Martes 3 junio presentación programa, actividades para conocerse, juegos de confianza y calentamiento. Talleres de iniciación a la escalada, nudos básicos para escalada y rapel con cuerda. Reflexión y evaluación.
- Miércoles 4 junio Talleres de escalada y libros de registro gestionados por la Asociación Sajona de Montañismo. Reflexión y evaluación.
- Jueves 5 junio 3 talleres simultáneos: nudos para escalada, como poner seguros locales y como leer y encontrar vías de escalada (analizar estado y seguridad de la roca). Práctica de escalada y asegurar. Reflexión y evaluación.
- Viernes 6 junio ruta caminando a República Checa y práctica de escalada. Reflexión y evaluación.
- Sábado 7 viaje a otra zona de Sajonia y ruta de espeleología. Reflexión y evaluación.
- Domingo 8 recogida de material y alojamiento. Despedida y viaje.
El entorno era inmejorable para esta formación; el alpinismo en esta región ha sido reconocido como Patrimonio cultural inmaterial por la Unesco en 2024, considerándose además, la cuna de la escalada libre. La cultura y la ética de la región y el respeto por el medioambiente son remarcables.
La vulnerabilidad de la roca (arenisca) hacen que la seguridad del escalador y la protección de la roca estén íntimamente ligadas. En esta zona la escalada tiene un estilo puro y tradicional, se realiza sin empotradores, ni anclajes fijos; aspectos que sorprendieron a los participantes, así como la prohibición de usar magnesio, y la costumbre de los locales de escalar descalzo y sin casco. Toda esta idiosincrasia produjo ciertos debates internos y grupales sobre conciencia de la capacidad, límites entre la seguridad y la protección de la roca, sobre priorizar el desarrollo personal apretar los límites de la capacidad humana habituales de la escalada deportiva y la conciencia y limpieza técnica de la escalada clásica. Debate escalable sobre el contexto actual entre priorizar el progreso humano o la protección medioambiental y donde estaría el equilibrio.
Para profundizar en la peculiaridad del carácter de este lugar compartimos el documental “en vínculo con la roca” que nos envió una de las participantes españolas y que consigue mostrar la conexión, la pasión y la estricta ética tradicional de la escalada libre sajona a través del pionero de la escalada Manfred «Knox» Vogel, ahora con 74 años y su nieto.
Para ahondar y adentrarnos también en los procesos de aprendizaje y la experiencia de los participantes de esta formación compartimos sus testimonios en primera persona:
Samuel Martin Santoni
“Con respecto a la formación, la sensación que más me viene y que perdura en el tiempo es el agradecimiento por haber tenido la oportunidad de vivir esa semana rodeada de gente tan especial, atenta y bonita.
Como yo entiendo la inclusión de personas es a través de experiencias así, ya que caminar juntos, cocinar, fregar, convivir… hace que las conversaciones fluyan sin tanto control, empiezan a entablarse relaciones de profundidad rápido y desde un espacio seguro. En contraposición con la actividad de escalada, para mi es el medio para conseguir que los vínculos se estrechen, (digo escalada en este caso, pero podría ser otras actividades, como costura, teatro, bio construcción…) en el momento en que las tareas compartidas se proponen como reto a disfrutar conjunto, hace que las personas, da igual su procedencia y su pasado, cooperen y se sientan con una energía positiva, siempre acompañado de un grupo humano que se dedique a cuidar y motivar al grupo.
En este caso hacer mini grupos de diferentes países, hace que empieces el viaje generando relaciones más cercanas en grupos más pequeños y eso te sirva para que cuando haya que enfrentarse al grupo más grande, tengas aliados que te ayuden a sentirte seguro.
La escala es una buena herramienta teniendo en cuenta que la confianza en el otro tiene que ser alta, ya que la peligrosidad existe y es necesario entablar una comunicación clara, en este caso quería destacar el grupo humano, haciendo que se saltaran pasos grupales, que suelen ser necesarios para establecer la confianza.
El viaje me ha hecho reflexionar mucho, creo que hemos sido afortunados ya que las limitaciones del grupo eran escasas, aun así, han existido y siento que se tenían que haber atendido más. Me planteo qué hubiera pasado si existieran más limitaciones físicas o mentales; como el viaje se hubiese transformado en un compartir desde otro lado o se hubiese querido seguir con el plan, haciendo que la desigualdad, por las limitaciones, se hiciera más evidentes.
Para terminar, quería destacar lo discreto, la observación, las miradas cómplices, los apoyos, los abrazos, lo que a veces no se ve, no se dice… Eso que hace posible que la gente se sienta como en casa, que te haga sacar cosas que en otros espacios por la cotidianeidad no salgan y en viajes así, te hacen quitarte la vergüenza o el miedo y hables, bailes, cantes, juegues, masajees, limpies, sonrías… Gracias de nuevo y a por más experiencias así”
Gabriel Alejandro Domínguez Cuesta
Accede al testimonio de Gabriel en Instagram: https://www.instagram.com/reel/DKzCGDZMCXX/?igsh=anVydXUzb3JnNzJr
Carmen Colomes Capón
“Nos montamos en una furgoneta gris, de esas con forma cuadrada que cuando se cierran suenan a mental con recorrido. Vienen a buscarnos dos personas. Ambas tranquilas, sonrientes y respetuosamente cercanas. Giramos una calle, subimos una cuesta y de repente, descubrimos kilómetros y kilómetros verdes, haciendo contraste con el azul cielo.
Nuestras ropas: mangas cortas, tirantes…tenemos calor. Las suyas: sudadera, pantalones largos… Ya no estamos en casa.
Tras los kilómetros verdes, entramos en un túnel de luces que juegan colándose entre cada hoja de los árboles que no nos dejan ver el cielo. Espectacular bosque. Llegamos al destino, somos de las últimas personas en llegar y lo que encontramos es un entorno que hace que acojamos el cansancio y con él, nos hagamos participes del entorno. Fuego encendido, cena siendo preparada, personas con ganas de conocer y encontrar cuál es su lugar entre tanta gente. Nos sentamos en una mesa, compartimos comida, bebida y como plantearemos los próximos días. No estamos en casa.
Me despierto, y en mi caso, preparo desayuno junto a dos personas más. Un acto cotidiano pero que preparado con cariño, como lo hicimos, muestra ganas de querer participar, cuidar y disfrutar. Compartimos este momento y conectamos desde lo más mundano, italianos sin cafetera italiana, personas con legañas, pies arrastrándose, pantalones caídos, ansias por conocer a qué roca iremos, la mezcla perfecta entre la calma del despertar y la excitación de un lugar y personas nuevas. Igual que la mañana del día de Reyes, pero es junio y no estamos en casa.
Nos ponemos en marcha y, hoy, conocemos lo que serán nuestras rutinas los próximos días: desayuno, organización de material y comida, encuentro en la puerta a la hora de salida, explicación del día, montaña, vuelta al refugio, descanso, cena, organización del próximo día y reflexiones en torno a los temas a tratar. Contado así, suena poco interesante y nutritivo, pero, faltan los detalles. Esos que, hacen que un día no sea igual que otro, los que hacen que aprendamos, que mutemos como grupo, que mute el “no estamos en casa” a un “hoy esta es nuestra casa”. ¿A que detalles me refiero? A los tonos de voz y expresiones de las personas que guían la actividad cuando las emociones se vuelven protagonistas, a la capacidad de hacerte sentir segura de quienes te rodean, al grupo sosteniendo el sentimiento de soledad que las personas per sé tenemos como seres y que puede verse amplificado por estar en un lugar ajeno, con personas ajenas y una lengua ajena…detalles que en el trabajo social hacen que podamos conectar con las personas y hacerlas sentir que no están solas y que pueden confiar, detalles que podríamos perder entre tanto papeleo, entre tanta rutina. Detalles, que, rompen con la propia definición de rutina , hacen que un día no sea igual a otro, que hoy no seamos igual que mañana, que escales una pared o no lo hagas y que el trabajo social sea un elemento de cambio o un cronificador de una situación.
Escalada, al fin y al acabo.
Y eso ha sido para mí esta experiencia, el recordatorio en un entorno inimaginable de la importancia del movimiento. El recordatorio de la importancia de buscar otros caminos tanto en el trabajo social como, en la vida personal cuando no se está consiguiendo el objetivo planteado. La importancia del conocimiento, del aprendizaje colectivo, de equivocar(nos)te, de la reflexión, de las herramientas y de la búsqueda de opciones.
Trabajo social, al fin y al cabo.”
Este ha sido el resumen y la reflexión de nuestros participantes de esta fase de formación del proyecto. El próximo septiembre colaborarán en una formación inclusiva de iniciación a la escalada con personas migrantes. Para más información sobre el proyecto puedes visitar la página web https://climbitup.eu/
Si tienes alguna consulta sobre este u otros proyectos europeos contáctanos: ohiane.uranga@defoin.es


















